España y el turismo MICE han encontrado en el turismo enológico en los últimos años un reclamo perfecto para un tipo de público profesional interesado también en el sector gastronómico y del vino. Así se deduce de la tendencia alcista del enoturismo en el sector español, que despega con fuerza tras la crisis derivada del Covid-19 y que se espera que crezca en los próximos años.
La calidad y la popularidad de los vinos españoles en el extranjero, así como el gusto por este sector en el territorio nacional, ha hecho que el enoturismo destaque como una opción atractiva para el sector de los eventos corporativos tanto de clientes españoles como del exterior.
¿Qué es el turismo enológico?
El turismo enológico, o enoturismo, es una actividad turística centrada en el acercamiento del turista al vino de la zona desde su origen, conociendo la extensión y actividad de sus viñedos, aprendiendo su proceso de elaboración, entendiendo su contexto cultural, histórico y natural, y conociendo el producto de primera mano enmarcado en el conjunto gastronómico de cada zona.
El enoturismo contempla una serie de actividades ocio-culturales que acercan el mundo del vino a los usuarios pero también la historia y tradiciones de la zona donde se cosecha, enmarcando a la bodega en un contexto general que explica su existencia.
¿Qué se hace en el enoturismo?
La actividad más común en el turismo enológico en la visita a los viñedos y las bodegas donde se gesta el vino que después se sirve en su mesa, así como degustaciones o festivales donde el turista puede, no solo degustar cada uno de los vinos, sino entender en profundidad el producto a través del olfato y del gusto.
De esta manera, podemos diferenciar dos fases en el turismo enológico: la que contempla el producto desde el origen y elaboración (visitas a los viñedos o tours por distintas bodegas), y la que lo admira como resultado final (catas, festivales o ventas privadas).
El enoturismo en el sector Mice
El turismo enológico en determinadas zonas de la geografía española es una actividad cada vez más demandada en el sector de los eventos empresariales, ferias y congresos nacionales e internacionales. Lo es especialmente sabiendo el marco incomparable que supone la geografía española para el sector del vino: líder en superficie de viñedos (más del 15% de todo el mundo), tercer país en volumen de producción y tercero también en volumen de exportación.
No es extraño afirmar, por tanto, que existe en el territorio nacional, y sobre todo en el extranjero, una fuerte demanda de este tipo de actividades y que el turismo MICE puede potenciar, generando una combinación ganadora entre ambos sectores.
Y puede hacerlo no solo bajo el paraguas que ofrece una cultura gastronómica, admirada y demandada en todo el mundo, sino también portando el estandarte de un ejemplo como pocos de economía sostenible que potencia además el desarrollo de los entornos rurales y favorece la economía local.
Este punto es especialmente relevante en una zona como la Costa Blanca, poseedora de una gran tradición vinícola en el entorno rural del Baix Vinalopó, con la uva de Monastrell, y en la zona de la Marina, con la uva de Moscatel.
Potenciar el enoturismo a través del sector MICE, y viceversa, no solo favorece el conocimiento del entorno rural de Alicante, sino también potencia la economía de “kilómetro cero” o de proximidad, clave para una economía sostenible.
Foto de portada: David Köhler en Unsplash.